LA HISTORIA DE LOS PROTAGONISTAS
Lo ocurrido el 3 de marzo de 1976 ha formado, forma y formará parte de la vida y de la historia de multitud de vitorianos y vitorianas. Más de 5.000 personas lo vivieron en primera persona y han contado su vivencia a sus hijos y nietos. Gracias a esa transmisión del relato, el espíritu y el recuerdo de aquellas luchas obreras sigue vivo. Estas son algunas de esas historias con nombre y apellido:
Maite Elizondo
"Hubo un momento que pensé que entre morir fuera tiroteada o dentro gaseada prefería dentro. Al menos era más tranquilo"
Aquel día de huelga general Maite tenía 26 años. Trabajaba en una empresa de venta y reparación de vehículos pesados que secundó la huelga y acudió a la asamblea de San Francisco junto con una compañera. Consiguieron salir a través de la sacristía pero fueron testigo de los disparos de la policía a muy poca distancia. Actualmente sigue luchando por la causa para conseguir un reconocimiento por parte del Estado.
Amparo Lasheras
"Yo creía que íbamos a conseguir la revolución. Fue un empoderamiento de la clase obrera y pensábamos que podíamos a cambiar el mundo"
Amparo Lasheras, periodista y escritora del libro Gasteiz 3 de marzo 1976, estaba embaraza de su segunda hija aquel fatídico día y no pudo entrar a la asamblea. Sin embargo, vio el terror y la violencia que se apoderó de las calles de Vitoria-Gasteiz aquel día y tomó parte en todo el movimiento obrero y en las asambleas. A día de hoy mantiene su implicación con esta causa y con otros temas sociales como los refugiados.
Paco Lekuona
"Yo confío mucho en la juventud. La mentalidad está, sigue viva, lo que pasa que está temerosa porque saben lo que han pasado sus abuelos"
Paco Lekuona era trabajador de Aranzabal y miembro de las comisiones representativas. Aunque esa empresa no estaba en huelga, el día 3 de marzo pararon en solidaridad con todos los obreros que sí lo estaban. Aquel trágico día Paco no logró llegar a tiempo a la iglesia para entrar, y estuvo fuera ayudando a que salieran los que estaban dentro. Fue testigo de cómo un hombre fue disparado por la Policía y lo llevó al hospital gravemente herido de bala. Más tarde, se convirtió en el primer Secretario General de Comisiones Obreras en Álava.
Txema Páramo
"Yo sigo pensando que ahora estamos como con Franco y aquí mandan tres poderes: el capital, el clero y el ejército"
El 3 de marzo de 1976 Txema tenía 16 años y estudiada en el centro de formación profesional Jesús Obrero donde formaba parte del grupo de Juventudes Mahoistas. Acudió junto a varios compañeros a la asamblea en San Francisco en solidaridad, y porque sabían que ellos eran la futura clase obrera. Logró salir por una de las ventanas y pudo ver la violencia empleada por la Policía para desalojar a todos los presentes.
Félix Placer
"Lo que ocurrió fue un clarísimo caso de terrorismo de estado. Una violencia totalmente injustificada contra una clase obrera que solo teníamos como arma la palabra"
Aquel 3 de marzo de 1976, Félix Placer acudió a la asamblea en la iglesia de San Francisco como sacerdote pero también como profesor de Teología y como un mero ciudadano más para estar informado. Fue testigo directo de lo ocurrido y pudo salir del lugar una vez se despejó todo y recoger los numerosos casquillos de bala que habían quedado y que luego misteriosamente desaparecieron. A día de hoy mantiene una gran implicación con la causa.
Fernando Ruiz Berganza
"No se han atrevido a mover el tema porque ahí toda la culpa la tuvo el Gobierno español"
Fernando Ruiz Berganza tenía 19 años aquel 3 de marzo de 1976. Era vecino de Zaramaga y su padre fue herido. En su casa se resguardaron personas que huían de la represión policial y fue testigo de la violencia con la que los agentes trataban a todos los presentes.
Andoni Txasko
"El 3 de marzo es molesto para mucha gente, no solo la lucha que hubo entonces, sino también la que se mantiene hoy en día. Escuece en algunos sectores y están actuando como lo hicieron en 1976".
Aquel horrible 3 de marzo Andoni Txasko no pudo llegar a la asamblea, pero él sufrió la violencia policial en sus carnes el posterior día 4. Al acercarse a la zona de los hechos con unos amigos, fueron sorprendidos por los agentes de Policía que le pegaron en la cara. Las consecuencias fueron terribles y Andoni perdió uno de sus ojos y quedó con graves secuelas con las que vive a día de hoy. Actualmente es el portavoz de Martxoak 3 Elkartea, la asociación que sigue luchando para que haya una verdad, una justicia, una reparación y un reconocimiento sobre lo que ocurrió.