LAS MUERTES EN LA TRANSICIÓN
Para todo el Estado, la Transición representó un soplo de aire fresco que trajo consigo la esperanza de cambios sociales y políticos. Tras casi cuarenta años de Dictadura, Franco había muerto y el pueblo reclamaba que las cosas cambiaran. El movimiento obrero, duramente reprimido por el dictador, tomó mucha fuerza en busca de unas mejores condiciones laborales y de vida.
Para Pablo Casado, presidente del Partido Popular,: “En la Transición ni hubo ocultación, ni sometimiento ni miedo. Hubo grandeza moral, sentido de la historia, reconciliación y concordia”. Así lo declaró en Twitter el 2 de septiembre de 2018. Sin embargo, la historia no puede darle toda la razón. La Transición consiguió muchas cosas positivas, entre ellas la firma de una Constitución, pero también dejo algunas heridas. Andoni Txasko, portavoz de Martxoak 3 Elkartea, ha declarado en diversas ocasiones que la Transición “no fue pacífica ni modélica”. Y es que, tal y como tituló el Diario Público en el año 2013, la Transición fue “un cuento de hadas con 591 muertos”.

Actuación policial durante el 3 de marzo de 1976. Foto: lahoradigital.com
El escritor y periodista Mariano Sanchez analiza en su obra La Transición Sangrienta, todas estas muertes. Uno de los datos más llamativos tiene un vinculación muy directa con lo ocurrido en Vitoria-Gasteiz en 1976. Un año después en 1977, la Policía cargó contra 788 manifestaciones en España, lo que supone un 76% de la totalidad que se celebraron. Esto corroboraría la versión de Txasco sobre la falta de pacifismo en estos años.
Manejando datos más escalofriantes, entre 1975 y 1983 hubo 591 muertes por violencia política. Esto incluye terrorismo de extrema derecha, extrema izquierda, "guerra sucia" y represión. Las cifras desglosadas serían las siguientes:
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49 muertos por grupos incontrolados de extrema derecha
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16 muertos por grupos antiterroristas (principalmente fueron víctimas del entorno de ETA y el GRAPO)
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54 muertos por represión policial
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8 muertos en cárceles y comisarías
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51 muertos en enfrentamientos entre grupos armados y la Policía
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344 muertos por ETA y el terrorismo de izquierdas
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51 muertos a manos del GRAPO
El 3 de marzo de 1976 fue "la mayor masacre de la Transición". Así lo ha declarado el PNV en diversas ocasiones. Lo ocurrido aquel día en la capital alavesa fue un claro ejemplo de una dura represión policial. Sin embargo, no fue la única. El 4 de diciembre de 1977, Manuel José García Caparrós, de 19 años, murió tiroteado en Málaga durante una manifestación por la Autonomía andaluza. A día de hoy, no hay responsable de la muerte del sindicalista, pero los indicios concluyentes apuntan a que la bala fue disparada por un policía.
Otra dura intervención policial fue la causa de una muerte más en Pamplona el 8 de julio de 1978, en plenos Sanfermines. El estudiante Germán Rodriguez estaba dentro de la plaza de toros, y tras el sexto toro, saltó al ruedo junto con unas decenas de jóvenes con una pancarta pidiendo la libertad de los presos. En ese momento, la policía armada irrumpió para disolverlos y Germán recibió un disparo en la frente. Las fiestas se suspendieron. Lo mismo ocurrió al año siguiente por la muerte de otro joven en San Sebastian en una manifestación en solidaridad por la muerte de German Rodriguez.

Inicio de la manifestación en la que fue asesinado José García Caparrós. Foto: Público.es

Despliegue de la pancarta que llevó a la carga policial en Pamplona. Foto: San Fermines 78 gogoan