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LOS PARTIDOS POLÍTICOS OPINAN SOBRE EL 3 DE MARZO

EH BILDU Y EL TERORRISMO DE ESTADO

 

Para Euskal Herria Bildu, la Memoria Histórica es un eje bastante sustancial. “Es importante porque entendemos que un pueblo sin memoria no es un pueblo, y hay que tener en cuenta cuál ha sido el pasado y cerrar muchas heridas”, explica Rebeka Martínez de Compañón, responsable de Comunicación y Memoria Histórica en Álava. 

 

Su postura respecto a lo ocurrido el 3 de marzo de 1976 es bastante rotunda y lo califican como terrorismo de Estado. “No creo que sea un abuso policial porque no es que a una persona en un momento determinado se le haya ido un poco la mano. La violencia en el Estado es estructural, se ha aplicado así y ha tenido consecuencias. Hay muertos sobre la mesa”, sentencia Martínez de Compañón. 

 

En cuanto al trato que han recibido las víctimas consideran que no han sido bien cuidadas ni desde el Estado ni desde el Gobierno vasco: “Hay víctimas de primera y de segunda categoría en este país. Unas tienen una serie de derechos y las otras están por debajo. Ese es el caso de las víctimas del 3 de marzo”. 

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A la hora de hablar sobre los responsables, explica que no se trata de buscar venganza. Ellos hablan de justicia transicional, lo que en resolución de conflictos significa aclarar lo ocurrido; que cada uno figure en la historia por lo que hizo y que luego se les aplique la amnistía. “Lo que queremos es que Martín Villa pase a la historia como una persona que fue juzgada y condenada”, explica. Para ellos, también es muy importante conseguir unas garantías de no repetición, que es lo que se establece en los parámetros internacionales de resolución de conflictos. 

El mensaje final que Rebeka Martínez de Compañón manda desde EH Bildu es que hay que hacer justicia, que se tiene que conocer la verdad y reparar a las víctimas. “Hay un montón de valores que se tenían por bandera en el 76 que siguen totalmente vigentes y hay que seguir luchando por ellos”. 

PODEMOS Y LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD

 

Fernando López Castillo, candidato a alcalde de Vitoria-Gasteiz por Elkarrekin Podemos, estuvo fuera de la iglesia de San Francisco el 3 de marzo de 1976. Había asistido a todas las asambleas generales y aquel día vio cómo disparaban a Pedro Mª Martínez Ocio, a quien él conocía personalmente. Para él, y en nombre del partido al que representa, lo ocurrido responde a un crimen de lesa humanidad: “Hay que definirlo así porque se ametralló a la gente que estaba desarmada, que no tenía ninguna intención de subvertir el orden sino simplemente hacer reclamaciones completamente lógicas en una democracia”. 

 

Ellos también opinan que las víctimas no han sido bien tratadas y comparte la idea de EH Bildu sobre la clasificación de las víctimas. “Hay una pelea en un bar y se les condena a un montón de años, como a los de Alsasua. Y hay una mujer que le atacan cinco violadores y están en la calle. El Estado debe garantizar que la justicia es ciega e igual para todos”, explica López Castillo. 

 

Para Elkarrekin Podemos, el gobernador civil, Rafael Landín, es el primer responsable, seguido de Martín Villa y Fraga Iribarne entre otros. “Lo que debe ocurrir con Martín Villa ahora es que declare que tomó esa decisión, que fue incorrecta, que pida perdón y se repare a las víctimas”, comenta. Y también al igual que EH Bildu, hacen hincapié en conseguir unas garantías de no repetición. 

El mensaje que lanzan sobre este asunto incide en el hecho de poner en pie una Ley de Memoria Histórica. Esta ley debe hacer hincapié en la igualdad de todas las víctimas y aplicar la metodología que se emplea en todos los casos de crímenes de lesa humanidad: verdad, justicia y reparación. A esto añaden la necesidad de hacer un debate profundo y estudiar a fondo la máxima democratización de las instituciones, la Constitución y los diversos estatutos, para que no se repitan en el futuro actos como las del 3 de marzo. 

PARTIDO POPULAR Y LA TRANSICIÓN EJEMPLAR

 

Iñaki García Calvo, concejal portavoz de Cultura del Partido Popular, fue bautizado en la iglesia de San Francisco y para él lo que ocurrió allí en el 76 fue una masacre. Aún así, mantiene un discurso diferente al de otros partidos: “A mi me da pena que se intente difuminar el proceso de la Transición. A mi me parece que fue uno de los hechos históricos más importantes de las últimas décadas en España y para el PP es uno de los periodos de mayor bienestar. No podemos dejar de lado que la Transición fue realmente ejemplar, a pesar de hechos como los del 3 de marzo. Y no nos olvidamos de ello”. 

 

A la hora de calificar a las víctimas, las denominan como “víctimas del 3 de marzo”, ya que consideran que no son víctimas del terrorismo, ni del Franquismo, ni tampoco de los abusos policiales. “Todas las víctimas son víctimas, evidentemente, y siempre hay que apoyarlas. Lo que no podemos hacer es meter a todas en el mismo saco porque las motivaciones políticas son absolutamente distintas”, explica García Calvo. 

 

Sobre las responsabilidades de lo ocurrido, explica que desde el PP no son nadie para decir quiénes son los responsables de aquella masacre. A esto añade que las víctimas del 3 de marzo reciben siempre todo el apoyo que solicitan desde el punto de vista político, y en el ámbito judicial creen que ya han llegado hasta donde podían llegar. 

Desde el PP aseguran que van a mostrar la misma solidaridad con todos las víctimas, pero insisten en que hay que saber diferenciarlas en base a la fundamentación y a la motivación de cada una. “Es injusto que nos acuse de no querer apoyar a algunas víctimas porque a mí eso me duele. Yo nada tengo que ver con lo que pasó hace 40 u 80 años y es injusto hacer política con argumentos y hechos del siglo pasado”, concluye Iñaki García Calvo. 

PARTIDO SOCIALISTA Y LA LEY DE AMNISTÍA

 

Peio López de Munain, teniente de alcalde del Partido Socialista de Euskadi, también estuvo fuera de la iglesia de San Francisco. Era sindicalista del comité de empresa de Michelín, fábrica que no salió a la huelga y que luego, según él, pagaron muy caro al quedarse sin apoyos cuando convocaron ellos la suya propia. 

 

Él explica que en el momento del 3 de marzo confluyen una serie de elementos: el final de la Dictadura, el comienzo de la Transición y las dos Españas. “Había un pulso entre el Antiguo Régimen y los de la izquierda que habíamos estado en la clandestinidad y queríamos cambiar las cosas. Hubo que buscar una solución un poco salomónica, pero que fue la que nos hizo avanzar”, comenta López de Munain en relación a la Ley de Amnistía de 1977. 

 

El PSE entiende que la amnistía favoreció a unos y perjudicó a otros, pero cree que volver a abrir ahora ese capítulo sería una “hecatombe”. Aún así, ellos afirman lo que ocurrió fue una “salvajada” y que las víctimas del 3 de marzo son víctimas de la violencia de Estado. “Los que dieron las órdenes son los responsables. Cuando estas en un cargo público tomas las decisiones y te responsabilizas de ellas, aciertes o no. La amnistía lo que dice es que no se pueden pedir responsabilidades, no que no las tengas ni que seas o no buena persona”, explica. 

El mensaje de López de Munain se base en la necesidad de no olvidar y mantener vivo el recuerdo para que no se vuelva a repetir utilizando para ello todas las fórmulas necesarias. “Hay que intentar avanzar Puede que esto suponga aparcar un poco el pasado, pero siempre reconociendo el dolor y la injusticia. Fue terrible, fueron asesinatos y los responsables deberían haber ido a la cárcel, pero se dieron unas circunstancias que llevaron a la amnistía”, termina López de Munain. 

Vitoria, 3 de marzo de 1976. La memoria de un pueblo herido de bala

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